Este lunes, Día de La Chinita, se efectuará la tradicional misa y procesión en la Basílica por los 304 años de aparición y 71de coronación de la Madre zuliana. En esta oportunidad, se contará con el apoyo musical del Sistema Nacional de Orquestas, Coros y el Conservatorio de Música José Luis Paz.
El sábado, los devotos de la Virgen de Chiquinquirá, se concentraron en la Basílica, en el centro de la Maracaibo, para amanecer y celebrar el día de la patrona de los zulianos. Mientras el domingo, se realizó la Serenata a la Virgen en la Basílica.
El pasado sábado 26 de octubre la Virgen Morena bajó de su altar para recorrer el Zulia y ayer fue recibida de nuevo en la ciudad para este domingo y lunes recibir las más puras muestras de fe de su pueblo.
Cuenta la leyenda que una anciana del barrio el Saladillo de Maracaibo, -lo que es hoy el Paseo Ciencias- que vivía de lavar la ropa ajena, en las mañanas a orillas del Lago observó que las olas acercaban una tablita, que ella empujaba de nuevo hacia el lago. Ante la insistencia de la tablita que regresaba a la orilla, la tomó destinándola, desde el mismo momento para tapar el matón (tinaja grande con agua para beber ) de su casa.
Pasado el tiempo, con el trasegar del agua de la tinaja, la humedad fue retirando las capas que impedían ver los rasgos de la vieja pintura. La señora observando ésta, la colgó en la pared, elevando oraciones. El 18 de Noviembre, a la anciana le llama la atención repetidos golpes que oye sobre el mantón y ve que la tabla se ilumina con luces deslumbrantes y que en ella aparece claramente la imagen de una Virgen sobre una media luna con un niño en brazos y a su lado San Andrés y San Antonio…”
El pasado sábado 26 de octubre la Virgen Morena bajó de su altar para recorrer el Zulia y ayer fue recibida de nuevo en la ciudad para este domingo y lunes recibir las más puras muestras de fe de su pueblo.
Cuenta la leyenda que una anciana del barrio el Saladillo de Maracaibo, -lo que es hoy el Paseo Ciencias- que vivía de lavar la ropa ajena, en las mañanas a orillas del Lago observó que las olas acercaban una tablita, que ella empujaba de nuevo hacia el lago. Ante la insistencia de la tablita que regresaba a la orilla, la tomó destinándola, desde el mismo momento para tapar el matón (tinaja grande con agua para beber ) de su casa.
Pasado el tiempo, con el trasegar del agua de la tinaja, la humedad fue retirando las capas que impedían ver los rasgos de la vieja pintura. La señora observando ésta, la colgó en la pared, elevando oraciones. El 18 de Noviembre, a la anciana le llama la atención repetidos golpes que oye sobre el mantón y ve que la tabla se ilumina con luces deslumbrantes y que en ella aparece claramente la imagen de una Virgen sobre una media luna con un niño en brazos y a su lado San Andrés y San Antonio…”
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